¿Qué pasa luego del Día del Señor?
Iniciamos el camino del sacrificio del propio ego y la lucha espiritual contra las tentaciones
Según los casos se inicia o se retoma un camino donde Dios nos enseña, como a un niño que está aprendiendo, paso a paso a seguir Sus Huellas.
Es decir, Las
tentaciones son las que nos impiden en cada momento de nuestra vida
amar a Dios con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma, con toda nuestra
fuerza y con toda nuestra mente y a nuestro prójimo como a nosotros mismos.
Esta lucha
se aplica igualmente a los malos
pensamientos y sentimientos de envidia, celos, codicia, maledicencia,
vanagloria, ira, odio, etc. y en todos los casos de deseos desordenados
insatisfechos de nuestro yo social y carnal, que nos impulsa a presumir de nuestros logros y a
menospreciar a los demás, a ser
indiferente a las necesidades materiales y espirituales del prójimo y a estar centrados sólo en
las necesidades propias o solo las de aquellos que nos importan.
“Medita en el misterio de Mi Presencia.
Oh Vassula, hay tantas tentaciones en el mundo, que las almas no se pueden
permitir estar, un segundo, dormidas. Ellas deberían estar en constante oración
y despiertas. Esas tentaciones surgen de
cosas insignificantes”.
“Yo soy
tu Consejero y Yo te aconsejaré siempre. (…) Rechaza todas las cosas que te deprimen, como los chismes y la charla
vacía.”
“si las
almas tan sólo Me escucharan y oraran
más a menudo, y sintieran Mi
Presencia más frecuentemente, hablándome
como a su compañero, o implorándome como a su Padre, entonces ellos
estarían más conscientes de estas trampas. Las
oraciones incesantes mantienen al diablo lejos y sus almas cerca de Mí. VVeD 19.01.90
La oración incesante no es estar de rodillas
todo el día sino tener en cuenta Su Amorosa Presencia y Su Divina Participación en todo
lo que hacemos. Es responder a la
invitación del ¿ Nosotros?
En la
charla que Vassula dio aquí en Buenos Aires en el Retiro Latinoamericano del
2010 dice:
“Son tiempos del Espíritu Santo viniendo
como un Segundo Pentecostés; y esto está sucediendo ahora, no es algo para
el futuro, es ahora. Ustedes habrán notado en ustedes mismos o en otros que estaban espiritualmente muertos y
súbitamente, sin ningún mérito, el Espíritu Santo viene sobre estas personas
cuyo hedor de muerte había subido hasta el cielo, y sopla sobre esa persona el
Aliento de la resurrección y la levanta, y esa persona saborea la Dulzura de
Dios; y Él pone dentro de ellos una llama del Espíritu Santo para que
salgan a testimoniar. Ellos corren como
la mujer samaritana gritando al mundo que han gustado la Dulzura de Dios; y
nadie será capaz de convencer a esas personas que no han gustado a Dios.”
Yo misma
apenas confesada luego de que El me hiciera ver el negro estado de mi alma me
dediqué a difundir los mensajes por Internet y como saben los que me conocen me
cerraron la puerta en las narices o me respondieron con indiferencia. Pero en 20
años ninguna oposición pudo convencerme de que no he gustado la Dulzura de Dios
como dice Vassula.
“Ora, Vassula Mía, Le dice la Virgen, por todos
aquellos que interpretan mal Nuestros Divinos Mensajes; sé misericordiosa con
ellos, porque no saben lo que hacen... No permitas que esta clase de tentaciones
te asalten y desfiguren tu alma. (…) VVeD 9 de abril de 19988
Extraído de
la charla, El Día del Señor y el cambio del corazón. Ana Cousillas. II
encuentro del Ciclo “El Dios que han olvidado, no los ha olvidado a ustedes”.
Buenos Aires, 22 de agosto de 2020.
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