En recuerdo de Benedicto XVI

 Discusiones sorprendentes y el puente entre Fe y Razón.

Luego de vivir el Día del Señor en julio del 2002 comencé, en septiembre, a difundir los Mensajes de la VVeD como lo pedía Jesús. 

Las primeras veces que entré a unos foros religiosos allá por el 2002 o 2003 encontré discusiones que me eran sorprendentes. Una de ellas se titulaba: ¿Estuvo Pedro en Roma? Y pensé; ¿qué importancia podrá tener que Pedro haya estado en Roma?. Y entré a ver de qué se trataba. De todo el barullo del hilo de posteos saqué en conclusión que sí, era muy importante que Pedro haya estado en Roma. Por ese tiempo o tal vez algo después, no lo recuerdo, unos arqueólogos habían encontrado sus restos óseos unos metros debajo del altar en San Pedro.

Un forista decía que Pablo había nacido en Roma porque era ciudadano romano. Y pensé; ¿pero no era Saulo de Tarso? Recordé las clases de Historia del secundario: no todos los nacidos en la Roma imperial eran ciudadanos como lo son ahora los que nacen en un estado moderno. Lo busqué en Wikipedia y allí leí que Saulo había nacido en Tarso, una colonia judía en Grecia, y que por sus servicios al Emperador fueron premiados con la ciudadanía romana. Algo bien significativo porque sino a Pablo lo hubieran crucificado y no en Roma. –

Me encontré también con el uso de categorías propias de los foros: por ejemplo, los “protestantes”. En la jerga de esos foros incluía a los bautizados no católicos, aunque en realidad fueran casi todos bautizados católicos alejados de la Iglesia. Yo era antropóloga, así que comencé a hacer preguntas para validar mis suposiciones. ¿Dónde lo bautizaron sus padres? y la respuesta era siempre, en la Iglesia católica. Había muchas otras categorías propias que usaban unos contra los otros. Y que les ayudaban a excluirse unos de los otrosUn día le dije a Jesús: si no estuvieras a mi lado me haría budista.

Pero fue allí donde el Señor quería sembrar Sus semillas de amor y Sus llamados a la reconciliación. Creo que no hubiera sobrevivido a esa inmersión en la división por la división misma si no hubiera sido contrarrestada por el Amor de Jesús en mi alma, y Su Divino Obrar en ella. Y también por la inmersión paulatina en uno de los grupos de oración de la VVeD en la casa de una familia ortodoxa y en la vida ecuménica de la Iglesia en Buenos Aires.

Pero lo que a mí me preocupaba en ese momento inicial era la negación de la evolución biológica que leía en los foros. Le pregunté al Señor en mi corazón: ¿qué hago con todo lo que estudié?

Y así comencé a leer a Mons. Cardenal Joseph Ratzinger.

Conocía su nombre porque firmaba la notificación de 1995, una advertencia de la CDF sobre la Verdadera Vida en Dios, que algunos habían convertido en una prohibición aunque no lo era. 

Lo primero que cayó en mis manos de su vasta bibliografía fue un artículo suyo sobre Fe y Creación y la teoría de la evolución. Su lectura me dejó más tranquila. El Génesis no era un libro ni de Historia ni de Ciencias Naturales.

Más adelante dos documentos muy citados en los foros me ayudaron mucho a formar mi entendimiento:  El mensaje de Fátima y Dominus Iesus. En algún punto se relacionan, nos advierten sobre el rigor del juicio que tendremos los que no demos los frutos acordes a la gracia recibida, que incluye la misión de reparar por los pecados de los demás. Hay una frase de Ratzinger que los sintetiza: por los sacrificios de unos pocos se salvan muchos. Hasta unos niños que cuidaban cabras en Fátima lo entendieron y hacían penitencia. Es lo que hace Vassula dejándose purificar por el Espíritu Santo, amando, ayunando, orando, misionando, y soportando con paciencia las difamaciones de los que tienen ojos pero no ven y tienen oídos pero no oyen.

Luego seguí leyendo algunos de los libros del cardenal que fui comprando luego de saber de ellos en la Internet. Recuerdo que uno de ellos me fue muy educativo sobre la Iglesia: El Nuevo pueblo de Dios. Llegué a comprarlo al leer la cita en un foro que hizo un hermano evangélico de algunas frases del parágrafo 2 sobre la tensión entre Cefas y Satanás, de la III parte sobre la Iglesia y la franqueza. Con su lectura comprendí el valor del “Vaticano II” como le decían en los foros y el porqué de las grietas en la Iglesia. 

Me alegró mucho cuando lo eligieron Papa como Benedicto XVI. Un forista me dijo que él era el puente entre la razón y la Fe.

Este testimonio es parte de uno escrito en la cuaresma de 2021. Tiene 20 páginas y resume mis experiencias de misionar difundiendo el Himno de Amor en los foros de internet desde 2002



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