El Fuego del Amor de Dios
Dios es Fuego, y tenemos que pasar por el Fuego o el Fuego pasar a través nuestro.
Un punto importante de los testimonios de los que hemos vivido el Día del Señor es el Fuego del Amor de Dios quemando nuestro interior. Lo central es el Fuego que quema por dentro y esa es una experiencia dolorosa.
“Tuve una
manifestación de Su Presencia que a veces percibía como calor en el corazón, o
como latidos muy rápidos como taquicardia. Comencé a darme cuenta de la
gravedad de mis pecados, en especial uno al que la “Voz silenciosa” que sentía
dentro mío llamaba el pecado raíz, y que amorosamente me pedía que buscara en
la profundidad de mi ser".
Vassula expresamente
dice que ese día se experimenta como Fuego. Dios es Fuego, y tenemos que pasar
por el Fuego o el Fuego pasar a través nuestro. Y ese Fuego interior es un fuego real, no es un fuego imaginario ni un
fuego simbólico. Es un Fuego que quema la raíz de nuestros pecados y duele.
Vassula
aclara que ese día es el mismo que experimentaremos luego de morir si vamos al
purgatorio. Por eso dice que todos lo
experimentaremos.
Otro punto
en común es sobre los deseos encontrados
que quedan luego de experimentar este Fuego.
“Es
extraño, pero algunas veces deseo y oro que este fuego vuelva, nuevamente, a
mí, para poder experimentarlo una vez más. Digo que este deseo es extraño, ya
que fue una experiencia un tanto aterradora para mí y algo, que, lógicamente
hablando, uno no quisiera volver a pasar”
Este fuego
lleva su cometido con intensidad diferente en cada persona según el estado
espiritual y la relación que mantenga con Dios. En el Mensaje del 11 de enero
de 2013 Jesús dice:
“y en ese día algunos se verán absueltos, otros
sufrirán por haberme ignorado, y aún otros sentirán la punzada de una flecha; y
otros que Me han estado desafiando, rebelándose intencionadamente contra Mí e
ignorando Mis decretos, sufrirán dolores de muerte”
Los efectos de ese Fuego son el cambio de
corazón:
“Mi vida no
ha cambiado, exteriormente hablando, aunque mis pasiones del pasado, sobre
cosas terrenales y carnales han disminuido de manera dramática (…). Y aunque
todavía peco, parece que ahora estoy más consciente de mis pecados y también
estoy, sinceramente, tratando lo más que puedo en cada momento de seguir los
Mandamientos de Amor de Dios”.
Vassula también llama la atención
sobre el miedo que tienen las personas cuando les hablamos de este Día. Y nos
dice, que es una gracia inmerecida poder experimentar este Fuego aquí
en la Tierra, poder ver con los ojos amorosos de Dios nuestros pecados y
fragilidades humanas. Hay que pedirle a Dios poder aceptar como hizo
ella la gracia del arrepentimiento y de la reparación.
Extraído de la charla, El Día del Señor y el cambio del corazón. Ana Cousillas. II encuentro del Ciclo “El Dios que han olvidado, no los ha olvidado a ustedes”. Buenos Aires, 22 de agosto de 2020. y agregados del comentario " Se experimenta como Fuego, porque Dios es Fuego"
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