Dios es amor cuando se revela como un Fuego purificador.

 

Es mejor experimentar ese Fuego purificador aquí en la tierra que luego en el Purgatorio, donde los sufrimientos del alma son incluso más intensos debido a la separación de Dios y el deseo de llegar hasta El.

Tengamos o no una visión como las tiene Vassula, veamos o no un ángel como el ángel Daniel que la preparó para encontrarse con Dios, el Fuego vendrá, Dios vendrá a cada uno de nosotros. En esta vida o en la próxima, pero vendrá porque es parte de las “reglas de Dios”.

Y tendremos que elegir o dejarnos transformar o continuar en la oscuridad.

Es como en la parábola del banquete de Bodas de Mateo, el que no se preocupó por estar vestido adecuadamente será echado afuera donde habrá rechinar dientes. Es decir, el que no está con el vestido de las virtudes que nos asemejan a Cristo, por ejemplo: DULZURA Y MANSEDUMBRE. MISERICORDIA, PACIENCIA, JUSTICIA.

También Justicia para no hacer juicios temerarios contra los demás.

Para algunos el Día del Señor suena aterrador, pero no lo es por parte de Dios.

 Lo que debemos recordad es que tendremos luego una alegría ilimitada. Recibiremos la alegría de la Presencia Luminosa de Dios, un entendimiento mejor de nuestro Creador, y una relación íntima con El.

Sobre todo, esta revelación de nuestra alma nos pone directamente en el camino recto y renueva nuestro espíritu para vivir las bienaventuranzas hoy, como las enseña Francisco en Gaudete y Exsultate, sobre el llamado a la santidad en el mundo actual.

Por lo tanto, este es un gran regalo que Dios nos ofrece hoy y que podemos pedir recibirlo si todavía no nos llegó o renovarlo si nos hemos entibiado. Es como dice el Evangelio de Juan, luego de los dolores de dar a luz la mujer se olvida de ellos y solo mira feliz a su bebe. 

Y así cada aniversario recordamos la Visita del Señor con amor y agradecimiento desde el fondo del corazón.


Extraído de la charla, El Día del Señor y el cambio del corazón. Ana Cousillas. II encuentro del Ciclo “El Dios que han olvidado, no los ha olvidado a ustedes”. Buenos Aires, 22 de agosto de 2020.


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