¿Cómo éramos antes del Día del Señor las
personas que ya lo experimentamos?
Algunas
éramos personas alejadas de la Iglesia, sin vida religiosa ni inquietudes
espirituales como lo era yo; otras eran personas practicantes pero rutinarias,
aun eran personas que se habían encontrado con Jesús antes y aceptado su
Señorío, pero luego el letargo las entibio.
Las
personas tienden a contar primero de toda una experiencia interior que los
sorprendió y descolocó. “El día del Señor vendrá, así como un ladrón
en la noche” dice San Pablo 1 Tesalonicenses 5:2
Esta
experiencia es una parte de un proceso, aunque hay un antes y hay un después
de ese episodio sorprendente. Lo central es que los testigos percibimos a Dios
de alguna manera cierta y Este nos pone en evidencia nuestros pecados.
“Cosas que ni siquiera
hubiera pensado que fueran pecados, pero sentí un fuerte remordimiento por
ellas. Asimismo, sentí un gran remordimiento por cosas insignificantes que
hacía en esa época, las cuales antes no hubiera considerado ni siquiera como
pecados”.
“Después de mi
purificación, recuerdo haber llorado, pero ya que no sabía que esto era por mi
purificación, no comprendí por qué, pero recuerdo que me sentía verdaderamente
arrepentido”
.Dios nos
muestra las intenciones de nuestros actos ya que aún los buenos actos tienen
impurezas.
No son
plenamente para para satisfacer Su Deseo de Salvación de las Almas, sino que
son en todo o en parte para nuestra complacencia o para sentirnos buenos. “Llevas tu ofrenda a tu altar o al mío” me
respondió la “Voz silenciosa” dentro mío cuando recordé mi habito de ayudar a
mis compañeros en la redacción de sus proyectos y en los exámenes.
En un Mensaje de 2019 hay una nota
de Vassula que dice: A los Ojos de Dios,
cualquier pecado, incluso los pecados veniales que nosotros juzgamos y creemos
insignificantes, son un horror a Sus Ojos, ¡y Él los ve enormes!
Y esa
experiencia espiritual nos conduce a ver la realidad de nuestra profunda
pecaminosidad y nuestra tremenda necesidad de Cristo.
“El secreto es mirarse a la luz de Dios y ver
lo insignificantes que somos ante Su esplendor” dice un autor protestante.
Vassula
nos recuerda en un
artículo reciente a la Virgen en Medjugorje diciendo a los videntes que una
mujer musulmana, llamada Pasha, es la persona más santa del pueblo. Los
videntes impactados
respondieron: “¡Pero Pasha es musulmana!”, y María reconoció ese hecho.
Ese tipo
de impacto se produce porque no tenemos conciencia de cuanto más graves son nuestros
pecados para Dios por ser bautizados. No obstante que nos lo dice la Biblia en
Lucas 12,48 “A todo el que se le da
mucho, también mucho se le exigirá; y al que mucho se le confía mucho más se le
pedirá”. Y también la enseñanza de la Iglesia. J. Ratzinger en Dominus
Iesus, cita el Concilio VII, y dice que los hijos de la Iglesia serán juzgados
con mayor rigor si no dan los frutos que se espera de ellos.
En el
Mensaje de la Virgen del 6.12.1993
leemos: “Están llegando los días cuando estas preguntas serán hechas por el
Señor a cada uno de ustedes: "¿Has
amado a tu prójimo como a ti mismo? ¿Es posible que aún no hayas comprendido la
Voluntad de Dios? ¿Has hecho todo lo posible para mantener la paz? Cuando tu enemigo tenía
hambre, ¿le ofreciste que comiera de tu mesa?Cuando tenía sed, ¿le has dado de beber? ¿Cómo
es que lo que das, lo das sin amor?"
Extraído de
la charla, El Día del Señor y el cambio del corazón. Ana Cousillas. II
encuentro del Ciclo “El Dios que han olvidado, no los ha olvidado a ustedes”. Buenos
Aires, 22
de agosto de 2020.
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