MI SAGRADO CORAZON ATESORO ESTAS RIQUEZAS PARA TU GENERACION
"Poned vuestro corazón a trabajar, sed benévolos unos con otros, la tibieza en vuestro trabajo Me disgusta. Oh, ¿qué más podría haberos dado Yo que no lo haya hecho? Os he dado este Tesoro Inagotable que estaba oculto a los ojos de la humanidad y que fue revelado sólo a Gertrudis 9 ; este Tesoro que dejó su corazón en un rapto total y sus ojos cautivados por el portento. 10 . Este Tesoro Inagotable fue reservado para vuestros tiempos: el fin de los tiempos. Mi Sagrado Corazón atesoró estas riquezas para tu generación." (VVeD-18.02.1995)
9 le fue revelado a ella por San Juan Evangelista
10 Ver nota al final del cuaderno
Nota: Santa Gertrudis es a menudo llamada la Grande pues fue una de las místicas más grandes de la Iglesia Católica. Aunque vivió casi cuatro siglos antes de Santa Margarita María, ella tuvo una gran devoción al Corazón de Jesús. Su libro "El Heraldo de la Divina Ternura" es un poema viviente sobre el Divino Amor, un amor unido siempre al Sagrado Corazón.
Una de sus visiones más famosas fue la del Corazón de Cristo. La visión ocurrió durante la Festividad de San Juan Evangelista. En su libro habla de ella misma en tercera persona.
Un fragmento de Santa Gertrudis:
"Mientras ella estaba, como era su costumbre, totalmente absorbida en oración, se le apareció el discípulo al que Jesús tanto amaba, y al que por esta razón todos deberíamos amar. Entonces, ella le dijo: "y ¿qué gracia puedo obtener, pobre de mí, en tu festividad?". Él le contestó: "Ven conmigo, tú eres la elegida de mi Señor; vamos a reposar en Su Pecho en el que se ocultan todos los tesoros de bienaventuranza."
Entonces él la llevó hasta nuestro Señor y se colocaron ambos en el Corazón de nuestro Señor.
Ahí es donde ella descubrió este Tesoro Inagotable que Él estaba ocultando en Su Corazón. Cuando ella preguntó al Evangelista por qué no se había dado antes este Tesoro o por qué no había hablado el Evangelio del mismo, San Juan dijo:
"Mi misión fue entregar a la Iglesia primitiva una palabra sencilla sobre la Palabra, no creada, de Dios Padre, que proporcionase a toda la humanidad bastante como para contemplar hasta el fin del mundo, aunque ninguna persona ha logrado captarlo totalmente.
Sin embargo, el hablar de los Latidos del Corazón de Jesús ha sido reservado para los tiempos modernos a fin de que al oír estas cosas, el mundo, ya viejo y enfriándose en el amor de Dios, pueda ser reavivado y de nuevo entrar en calor."
(Santa Gertrudis, 1257-1302; Legatus Divinae Pietatis, vol. IV, cap.IV)
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"Ap 10:1 Y vi otro ángel fuerte descender del cielo, cercado de una nube, y el arco celeste sobre su cabeza; y su rostro era como el sol, y sus pies como columnas de fuego. Ap 10:2 Y tenía en su mano un librito abierto: y puso su pie derecho sobre el mar, y el izquierdo sobre la tierra; Ap 10:3 Y clamó con grande voz, como cuando un león ruge: y cuando hubo clamado, siete truenos hablaron sus voces. Ap 10:4 Y cuando los siete truenos hubieron hablado sus voces, yo iba a escribir, y oí una voz del cielo que me decía: Sella las cosas que los siete truenos han hablado, y no las escribas. "
Jesús a Sta. Gertrudis:
“Nada me da tanta delicia como el corazón del hombre, del cual muchas veces soy privado. Yo tengo todas las cosas en abundancia, sin embargo, cuanto se me priva del amor del corazón del hombre”
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