¿DE QUE LE VALE A UNA PERSONA HABER GANADO EL MUNDO SI HA PERDIDO EL DON DEL AMOR?
"Yo digo: "Entrega Mis Mensajes a todas las ciudades para que cambien sus vidas", pero tan pronto llamo, Mi Voz es ahogada por esta bostezante oscuridad que habita Mis ciudades... ¿Valgo tan poco a vuestros ojos? Yo, que he alentado en vosotros un espíritu viviente, ¿no merezco más para vosotros? Tantos de vosotros leéis y leéis Mis Mensajes pero sin vivirlos, porque vosotros, Mis niños, leéis sin comprender. 3 . En un momento vuestro corazón inflamado Me grita alabanzas, y al rato siguiente la llama dentro de vosotros se extingue. Tan tiernamente como trata un padre a sus hijos os he tratado Yo y he revelado a vuestro corazón este Tesoro Inagotable que había estado oculto durante generaciones y que estaba guardado para vuestros Tiempos, estos Tiempos en los que el Conocimiento y la Fe serían despreciados a causa de la frialdad del mundo. Mi Tesoro estaba reservado para el final de los tiempos en los que ahora estáis viviendo, cuando la gente preferiría su propio placer a Dios, entregándose ellos mismos a todo mal en lugar del bien. Yo estoy derramando sobre vosotros Mi Tesoro Inagotable de Mi Sagrado Corazón, como cascadas de corrientes, por montañas y valles, para haceros fuertes en vuestro amor y dispuestos para Mi Reino. Yo he sido como una fuente manando en cañadas, bajando entre las montañas, atrayendo a los sedientos. Durante los años pasados Yo os he ofrecido todo lo que el Cielo tiene para ofrecer, así que, decidme, ¿qué podría Yo haber hecho más para salvaros que no haya hecho? Mis niños, Yo os he dado Mi Ley al principio para manteneros vivos. Hasta este día Mi Ley no es guardada, porque vosotros no vivís en el amor de Dios. Mientras no tengáis amor por vuestro Padre del Cielo no podéis amar a vuestro prójimo y no podéis decir que estáis obedeciendo los Mandamientos. Mientras que no esté vivo en vosotros lo que os fue enseñado al principio, todavía no estáis enraizados en Mí. ¿Cómo podéis decir: "Vivo en Jesús y en mi Padre"? ¿no habéis oído que toda la Ley pende de estos dos grandes Mandamientos? Yo os pregunto solemnemente, "¿de qué le vale a una persona haber ganado todo el mundo si ha perdido el don del amor?". Haber perdido el don del amor es haber perdido el conocimiento de Dios, pues si alguien no tiene amor por el Padre está quebrantando todos los Mandamientos.
3 Muchas profecías importantes en estos Mensajes se han cumplido pero nadie lo ha notado" ( VVeD- 12.04.1995)
Ayer en el Círculo bíblico de la parroquia meditamos las lecturas del próximo domingo: Juan 15-9-17, Hechos 10, 25-26, 34-35, 44-48, I Juan 4, 7-10 y el salmo 98, 1-4.
Nuestra meditación giró acerca de estas preguntas ¿ Amamos realmente como Jesús nos ama? ¿Cuándo reflejamos el amor con que Jesús nos ama y cuándo lo ocultamos?
No, no amamos como Jesús nos ama. Lejos estamos siquiera de poder hacerlo, no está ya en nuestro poder amar así . Y por eso no dejamos de quebrantar los mandamientos. Porque el amor del que nos habla la Escritura es un amor que nadie tiene naturalmente. No está en la naturaleza humana caída amar así. De lo contrario el Verbo no se hubiera Encarnado ni María hubiera sido concebida Inmaculada. Es un don del Espíritu Santo que debe pedirse con humildad cada mañana, aún por quienes creen poseerlo.
No tenemos esa clase de amor en nuestro corazón y la prueba es ese continuo, persistente, pegajozo, juicio despiadado que hacemos sobre los defectos de los demás, esa imposibilidad de reflejar a Cristo en el mundo que tiene hoy Su Cuerpo Místico.
Ese constante mirar la paja en el ojo ajeno, combinado con ese sentimiento de vanagloria que crece al adorarnos en nuestras supuestas obras de caridad, en nuestra falsa sabiduría mundana que se esconde tras la palabra formación, oscurecen el sol y vuelven la luna de color rojo.
De eso hablamos durante la meditación de las lecturas del domingo, aunque con otras palabras, porque las matizamos con anécdotas de los nietos, maridos e hijos, más algun recuerdo de la niñez en el barrio.
Y de eso justamente me habló el Señor cuando vino a visitarme hace casi cuatro años.
Cuando el Señor me mostró mis horribles pecados enraizados en lo profundo de Su santuario me sentí tan abrumada que no se me ocurrió mejor idea, un idea bien disparatada dada las circunstancias en las que me encontraba, de intentar ensayar una defensa aduciendo mi supuesta generocidad. Y entonces, El me dijo : ¿Llevas tu ofrenda a tu altar o al mío?
Lo que me produce una honda tristeza, aunque ya no me desespera, es que sigo llevando la ofrenda a mi altar y no al del Señor. Por eso el Señor me retiró de los foros donde difundía los Mensajes. Por eso el Señor quiere que pase más tiempo con Mamá. Por eso el Señor es mi maestro y yo su alumna. Una alumna un poco lenta pero bueno... el Señor es paciente y tenaz
¡Gloria a Dios¡
3 Muchas profecías importantes en estos Mensajes se han cumplido pero nadie lo ha notado" ( VVeD- 12.04.1995)
Ayer en el Círculo bíblico de la parroquia meditamos las lecturas del próximo domingo: Juan 15-9-17, Hechos 10, 25-26, 34-35, 44-48, I Juan 4, 7-10 y el salmo 98, 1-4.
Nuestra meditación giró acerca de estas preguntas ¿ Amamos realmente como Jesús nos ama? ¿Cuándo reflejamos el amor con que Jesús nos ama y cuándo lo ocultamos?
No, no amamos como Jesús nos ama. Lejos estamos siquiera de poder hacerlo, no está ya en nuestro poder amar así . Y por eso no dejamos de quebrantar los mandamientos. Porque el amor del que nos habla la Escritura es un amor que nadie tiene naturalmente. No está en la naturaleza humana caída amar así. De lo contrario el Verbo no se hubiera Encarnado ni María hubiera sido concebida Inmaculada. Es un don del Espíritu Santo que debe pedirse con humildad cada mañana, aún por quienes creen poseerlo.
No tenemos esa clase de amor en nuestro corazón y la prueba es ese continuo, persistente, pegajozo, juicio despiadado que hacemos sobre los defectos de los demás, esa imposibilidad de reflejar a Cristo en el mundo que tiene hoy Su Cuerpo Místico.
Ese constante mirar la paja en el ojo ajeno, combinado con ese sentimiento de vanagloria que crece al adorarnos en nuestras supuestas obras de caridad, en nuestra falsa sabiduría mundana que se esconde tras la palabra formación, oscurecen el sol y vuelven la luna de color rojo.
De eso hablamos durante la meditación de las lecturas del domingo, aunque con otras palabras, porque las matizamos con anécdotas de los nietos, maridos e hijos, más algun recuerdo de la niñez en el barrio.
Y de eso justamente me habló el Señor cuando vino a visitarme hace casi cuatro años.
Cuando el Señor me mostró mis horribles pecados enraizados en lo profundo de Su santuario me sentí tan abrumada que no se me ocurrió mejor idea, un idea bien disparatada dada las circunstancias en las que me encontraba, de intentar ensayar una defensa aduciendo mi supuesta generocidad. Y entonces, El me dijo : ¿Llevas tu ofrenda a tu altar o al mío?
Lo que me produce una honda tristeza, aunque ya no me desespera, es que sigo llevando la ofrenda a mi altar y no al del Señor. Por eso el Señor me retiró de los foros donde difundía los Mensajes. Por eso el Señor quiere que pase más tiempo con Mamá. Por eso el Señor es mi maestro y yo su alumna. Una alumna un poco lenta pero bueno... el Señor es paciente y tenaz
¡Gloria a Dios¡
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